martes, 6 de noviembre de 2012

Imágenes de la época del porfiriato.




Síntesis del Porfiriato.
El porfiriato es un periodo  de 34 años  que México estuvo al mando de Porfirio Díaz.
Empieza desde 1876, cuando Díaz se levanta en armas formando luchas por la reforma y la intervención extranjera, pero lo que lo lleva al triunfo fue el famoso Plan de Tuxtepec.En los 31 años del porfiriato se construyeron en México mas de 19 000 kilómetros de vías férreasCon la inversión extranjera. Después de esto el país queda comunicado por la red telegráfica, también se realizaron inversiones de capital extranjero y se impulsó a la industria nacional.
 En el año de 1893 se estabilizaron las finanzas, se mejoro el crédito nacional, se alcanzó una gran confianza en el exterior, y se organizo el sistema bancario.El porfiriato tuvo grandes ventajas y desventajas.
Tuvo un breve intermedio durante el gobierno de Manuel González.Porfirio Díaz nunca quiso dejar el poder, pero en 1910, a sus 80 años, presentó su candidatura para una nueva reelección, la cual la gente especialmente los obreros la rechazaron.Fue así como Francisco I. Madero convoca a una rebelión la cual surge el 20 de noviembre de ese mismo año, entra triunfal derrotando al dictador.
El porfiriato, etapa comprendida de 1877 a 1911 se caracteriza por una larga y cruel dictadura militar de corte personalista en la figura de Porfirio Díaz. En esta etapa México experimentó un gran crecimiento económico a costa de la miseria y explotación del pueblo trabajador, en donde sólo las capas altas de la sociedad se beneficiaron del tan nombrado progreso que necesitaba la nación. En este documento encontrarás una breve descripción y análisis crítico de lo más destacado del régimen porfirista, por ejemplo la táctica de conciliación de Díaz para perpetuarse en el poder, la importancia que le dio a la inversión extranjera, la situación en la que se encontraban los obreros y los campesinos, la oposición al régimen, entre otros temas. 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Dictadura Porfirista

Porfirio Díaz casi no dejó ningún poder a los gobernadores ni a las autoridades locales. El tomaba todas las decisiones. Los diputados y los senadores aprobaban todas sus iniciativas. La opinión pública debía estarle siempre agradecida. No se permitía ninguna confrontación de ideas ni de opiniones.
El presidente se reeligió varias veces. Por largo tiempo esa fórmula funcionó porque el país anhelaba la paz y la prosperidad, y porque el gobierno de Díaz logró un impresionante impulso económico. Pero con el tiempo los defectos de la situación se fueron agudizando. A un lado de la creciente desigualdad y del clima de injusticia que se vivía, sobre todo en el campo, el problema más grave fue que no había oportunidad para que quienes deseaban participar en la política pudieran hacerlo.
Porfirio Díaz había envejecido, se acercaba a los ochenta años y era natural pensar que pronto tendría que ser reemplazado. Pero el dictador no facilitó la inevitable sucesión.
En 1908, Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, en la cual afirmó que México ya estaba preparado para tener elecciones libres. La noticia llenó de optimismo a mucha gente, que de inmediato comenzó a organizarse para participar en las elecciones de 1910. Surgieron varios partidos políticos, y se escribieron libros y artículos que discutían la situación del país y la solución de sus problemas.
Lamentablemente, Díaz cambió de opinión y se reeligió de nuevo. Pero era ya imposible detener el deseo de cambio.

"La Paz Porfirista"

Juárez ocupó la presidencia desde 1858 hasta su muerte, en 1872. El año anterior Juárez había sido reelecto, y el general Porfirio Díaz se levantó en armas para protestar, pero fue derrotado. Unos meses después, al morir Juárez, de acuerdo con las leyes asumió la presidencia Sebastián Lerdo de Tejada, que era el presidente de la Suprema Corte de Justicia. Cuatro años más tarde, en 1876, cuando Lerdo de Tejada buscó que lo reeligieran, Díaz volvió a rebelarse; esta vez tuvo éxito y tomó el poder.